jueves, 6 de enero de 2011

Con erre de cambio


Frío como un hielo deseando deshacerse en llamas.
Y el no se qué me vuelve loco y busco en el rincón de los imposibles, quizás por gusto, quizás por ser amante de causas perdidas.
Y el tiempo pasa y me agota, como se agotan los soles de invierno que dan permiso para salir a la luna antes y encerrarse más tarde.
Y espero...y desespero.
Entonces busco, y encuentro sucedáneos que llenan el hueco del sexo sin amor.
Más mi libertad siempre corrió más que mis miedos y ella lleva los pantalones.
No quiere perderse los sabores que le ofrece lo desconocido.
Lo prueba,
le gusta,
disfruta lo dulce y escupe lo amargo.
Verdugo de su propia elección, pues siempre estuvo harto del victimismo de su vacío.
El mirar atrás le provoca una tonta sonrisa, y entonces vuelve a girarse al frente y encuentra belleza a la niebla que no permite observar por donde camina.
Quizás pise mierdas, quizás encuentre monedas, quizás olvide de atarse los cordones y tropiece con ellos o quizás alguien le ponga zancadillas y caiga de boca, quizás se descalce y camine por arena fina o quizás los zapatos se desgasten de andar por duras rocas...


Lo que nadie nos avisó es que desear y el tiempo nunca fueron grandes amigos.



1 comentario:

  1. que profunda, que estudias, filosofia?

    que va que es coña, q ma gustao! amore!

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