jueves, 2 de diciembre de 2010

8.17 am


Posos de café, servilletas arrugadas, miguillas de pan que no quieren quedarse solas. Música maquinera y conversaciones jubiladas blasfemando al hombre del tiempo por haberse vuelto a equivocar y al Presidente por...por el mero hecho de ser Presidente.
Me encuentro en una de las principales fuentes de inspiración de los bohemios para escribir y no se me ocurre nada...
Puede ser por el hecho de que no soy buena madrugadora y me inspiran más unas sábanas blancas.
O quizás porque mi vida me resulta tan insípida últimamente que no se que destacar y uno debe escribir de lo que vive, para escribir de lo que sabe.
Quiero subir ya al autobús.
Pegar mi cabeza como una ventosa a la ventanilla, aplastar con mi asiento al pasajero de detrás, desconectar mi mente y pensar en algo banal, cómo aquel niño del anuncio que tan estúpido parece cuando llama a su padre...Mientras escucho canciones inspiradoras e intento buscar durante todo el camino alguna postura cómoda, sin finalmente encontrarla.
Tres Ocho Cinco Cero Be Jota Ka...Si a ocho le resto tres y cinco, me queda cero...otra matrícula resuelta.
La mayoría de las personas, no se paran a disfrutar de los viajes, sólo se impacientan por alejarse o llegar a su destino.
Pero...los viajes son mucho más que un traslado. Es un momento único e irrepetible.
Al destino le encanta utilizarlos para unir a gente...¿Quién no ha cruzado miradas o algo más con algún atractivo desconocido?, y se ha alegrado por saber que durante un pequeño periodo de tiempo esa persona permanecerá a su lado...


Ya quedan menos minutos.
Puede que camine a la estación y siga esperando allí, mientras veo pasar la gente.
Me gusta imaginar grandes historias sobre que les lleva a cada uno a coger un autobús, que les lleva a viajar tantos kilómetros, cuánto de largo será su viaje, quién les esperará cuando se bajen,..
Todo el mundo cuando viaja lo hace con algún sentido y para encontrarse o huir de alguien. Para darle un cambio a su vida por algunos minutos, horas o días. ¿No es mágico?
Si el limbo existe, sin duda tiene que tener forma de autobús.
9.15 am. Empieza mi viaje.


No hay comentarios:

Publicar un comentario